Ya antes de comienzos de este siglo, algunos nos planteamos que si las llamadas Nuevas Tecnologías se estaban revelando como herramientas muy potentes en todos los campos, si levantaban grandes expectativas para revolucionar la formación universitaria, si aportaban recursos potentes para el aprendizaje no podíamos ignorarlas en el campo de la alfabetización de adultos. Las personas que habían sido excluidas de la educación en su infancia, las personas adultas que no sabían leer ni escribir, no podían quedar de nuevo relegadas a las aulas tradicionales. No se trataba de romper los cuadernos ni los lápices, ni de olvidar la pizarra (el valor de estos instrumentos difícilmente se puede poner en duda), se trataba de aprovechar esa tecnología para abrir una ventana en las aulas y enfocar la alfabetización hacia un proceso comunicativo más allá de leer o escribir una nota.
De esta reflexión nacieron varios proyectos de aprendizaje colaborativo con otras escuelas de adultos de otras regiones de España. Mujeres de León, de Mataró, de Ávila, de la cárcel de mujeres de Barcelona… intercambiaban mensajes a través del correo electrónico de la escuela y su aprendizaje cobraba otra dimensión.
Hola amigos somos Las alunas del colejio de Mataro Alarona enesta fiestas tambonitas tenemos el gusto de felicitaros animo que todos somo de una misma eda ya nos conoseremos mas no tengais comprejo sino sabemos es por que no fuimos al colejio no sotras somos 15 alunas nosotra ecribimos en el nobre de todas Rosario y Leonor
De dicha reflexión salió también un método multimedia de alfabetización que toma el ordenador como herramienta principal del aprendizaje, el método Uruk.
Hoy, 25 años después, la alfabetización de adultos sigue trabajando mayoritariamente con los instrumentos y recursos del siglo pasado, de espaldas a la tecnología del ordenador, la tecnología multimedia, internet…